LA ESCUELA NORMAL JUAN DEMÒSTENES AROSEMENA: FARO DE LA EDUCACIÓN PANAMEÑA.
En 1936 eran pocas las calles que conformaban la “ciudad” de Santiago. En un espacio situado al norte de su plaza principal, la administración educativa del entonces Presidente Juan Demóstenes Arosemena, comenzó a construir la, en su momento, llamada Escuela Normal de Santiago, para de algún modo trasladar el progreso al sub poblado interior del país y la experiencia que ya existía en la Normal de Institutoras, ubicada en La Exposición, Ciudad de Panamá.
Después de 2 años de trabajos fue inaugurada el 5 de junio de 1938 y declarada monumento histórico, mediante Ley 54 del 12 de diciembre de 1984. Durante el acto inaugural, Agustín Álvarez Villablanca, su primer director, dijo:
“La Escuela Normal de Santiago es una de las manifestaciones más elocuentes de este espíritu constructivo y de progreso de que se hallan animados los pueblos y los gobernantes de Hispanoamérica.”
Hoy, cuenta con mil 726 estudiantes en bachiller pedagógico (secundaria), 524 en pedagogía superior (especialidad) y todos los años promueve 500 nuevos pedagogos.
El número de funcionarios administrativos asciende a 101 y su cuerpo docente se compone de 115 profesores en asignaturas tradicionales, como psicología educativa, español, educación física y en otras nuevas, como informática, inglés especial, orientación social y sexual, cuyos planes son mejorados permanentemente, en su letra y en su fondo, para elevar la calidad educativa.
Pero este plantel no sólo ha sido y es sobresaliente por su misión social y recurso humano. Su estructura física, asentada en 42 mil 500 metros cuadrados es una de las más imponentes de América. Fue iniciada bajo las órdenes del arquitecto italiano Luis Caselli, con la co-supervisión de ingenieros y funcionarios panameños, como Ernesto Jaén, Leopoldo y Augusto Arosemena.
La normal, también considerada monumento arquitectónico, desde el 2004 ha sido objeto de una importante restauración, cuyo costo asciende a 4 millones 100 mil balboas.
Su frontispicio, de toque barroco clásico, con sus leones que guardan la entrada y sus jardín, en el que se levanta la estatua del Indio Urracá, han recibido un tratamiento especial, ambos con selladores de rajaduras, barnices y pintura lo más perecidos a los originales. El vestíbulo, con su piso de granito, sus escaleras y el aula máxima, con sus frescos del pintor criollo Roberto Lewis, también han sido restaurados.
El inmueble que aloja la normal, el mayor del país, cuenta con internado para mujeres y varones, cocina, lavandería, capilla, piscina, biblioteca, sala de tecnología, jardines interiores, largos pasillos con arcadas y un amplio gimnasio, que también sirve a la ciudadanía veragüense, todo remodelado en su sistema eléctrico, plomería, cielo raso, piso y pintura.
Paralelamente a ello, hoy la Escuela Normal Superior Juan Demóstenes Arosemena, esta en un proceso de trasformación, en todos los órdenes, para adaptarse a los nuevos derroteros tecnológicos y educativos del nuevo milenio.
Por más de 70 años Santiago ha sido una ciudad de educadores, gracias a la construcción física y al símbolo ideológico de la normal, pero en sus aulas también se han “nutrido” jóvenes de todas las provincias y hasta extranjeros. De hecho, gran parte de la actividad de Veraguas ha girado en torno al producto que sale de este plantel.